“Le miré y me senté allí, sacudiendo la cabeza y preguntándome: ‘¿De dónde ha salido? ¿Cómo demonios ha conseguido ser tan bueno?’. Allí estaba yo, gastando la suela de mis zapatos intentando abrirme camino en el teatro, y ese tipo desganado, Stewart, simplemente parecía haber caído en él”
(Henry Fonda)
“Thank you, Mr. Fonda” cumple hoy su segundo aniversario. Y Hank y yo hemos decidido invitar a su mejor amigo, James Stewart, para celebrar a lo grande este feliz acontecimiento.
En el verano de 1932, mientras intentaba abrirse camino como actor, Henry Fonda compartió en Manhattan un apartamento con Joshua Logan y Myron McCormick. Y con otro joven llamado James Stewart con el que Fonda había congeniado anteriormente tras coincidir con él en una compañía teatral.
"Henry me animó muchísimo para que probara suerte en Broadway y por ello le acompañé. Fue una época estupenda en la que todos estábamos empezando. Teníamos un apartamento de tres habitaciones en el 63 de la calle West de Central Park”
(James Stewart)
El edificio donde se hallaba dicho apartamento era famoso como parada de las prostitutas que trabajaban en el vecindario. Además, estaba a dos puertas de distancia del hotel que el gángster Legs Diamond utilizaba como base de operaciones. Pero a Hank y a sus compañeros de piso les preocupaba más el conseguir mantener a su casero al corriente de pago.
“Había épocas en que todos juntos apenas teníamos treinta y cinco dólares semanales. Un par de veces volvimos a casa para encontrarnos el lugar cerrado porque no habíamos pagado el alquiler”
(James Stewart)
No en vano llamaban al piso “Casa Gangrena“, pues ahí realmente hacían milagros para sobrevivir.
“Eran jóvenes actores que luchaban en Nueva York por conseguir papeles pequeños, esperando su gran oportunidad. En su tiempo libre, y tenían mucho, construían maquetas de aeroplanos, una afición de la que se quedaron colgados”
(Jane Fonda)
Un año más tarde, Hank y Jimmy volvieron a compartir piso en Nueva York, esta vez en el Hotel Madison Square. Fonda había conseguido el puesto de suplente del protagonista de la obra teatral “All the good americans” y como el productor necesitaba a alguien que supiese tocar el acordeón, y Stewart sabía, se unió él también a la obra.
Henry fue el primero de los dos en dar el salto a la gran pantalla. La película se llamó “Contrastes” y en ella Hank interpretaba el papel de un granjero.
"Me llamaba de vez en cuando. Yo le preguntaba que qué tal iban las cosas. Y lo único que él quería saber era cómo iba la maqueta del aeroplano”
(James Stewart)
En Junio de 1935, James Stewart llegó a Hollywood contratado por la MGM. Henry Fonda ya estaba allí, desde Febrero de ese mismo año contratado en su caso por la Fox, y ya había dejado como actor una buena impresión a través de la gran pantalla.
Hank fue a recibir a Jimmy a la estación y le llevó a la casa que tenía alquilada por gentileza de la 20th Century Fox, evidentemente nada que ver con las que habían compartido los dos actores en Nueva York. Con Greta Garbo como vecina, pronto se convirtieron en dos de los solteros más codiciados de la ciudad. Orson Welles también les conoció en aquella época.
“Creí que esos dos tipos o bien estaban engañando a todo el mundo mientras tenían el romance más tórrido de Hollywood o bien eran los dos seres humanos más honrados que había conocido en mi vida. Llegué a la conclusión de que eran los dos seres humanos más honrados que había conocido en mi vida”
A menudo, en esta época, Fonda y Stewart pasaban noches enteras intercambiando sólo monosílabos y enfrascados en su actividad favorita: hacer maquetas de aviones.
En 1940, Hank y Jimmy se unieron a otras estrellas de Hollywood para recaudar fondos en una gala benéfica. Casi todo Houston acudió al Coliseum para ver a James y a Henry actuar como magos aficionados e interpretar un dueto, Fonda al clarinete y Stewart al acordeón.
Tras la Segunda Guerra Mundial, Stewart, que abandonó el ejército al mismo tiempo que Fonda y no tenía dónde vivir porque había alquilado su casa, aceptó la oferta de Henry y su entonces mujer Frances para ser su invitado en “Tigertail”, la casa de la familia Fonda. Stewart acabó quedándose ahí casi tres meses.
Período éste en el que, todas las noches, Hank y Jimmy concluían sus veladas sociales encerrándose en el “Playhouse”, pequeña dependencia de la casa que Henry había construído para sus hijos Jane y Peter. Mientras Frances y los niños dormían en la casa principal, los dos actores escuchaban ahí viejos discos de jazz o pasaban las horas muertas intercambiando historias sobre la guerra.
“Mi padre y Jimmy Stewart encajaron muy bien desde la primera vez que se vieron en los años 30. Siempre pensé que ambos eran muy parecidos. Los dos tímidos pero con un sentido del humor especial. Qué lástima que no trabajaran juntos con frecuencia, porque cuando lo hicieron resultó una gran espectáculo”
(Jane Fonda)
En 1948, Hank y Jimmy tuvieron la primera oportunidad de trabajar juntos en una película. “Una encuesta llamada milagro” (On our merry way) respondía al auge de los filmes compuestos por varios episodios que durante un tiempo gozaron de bastante aceptación en Hollywood.
James Stewart hizo esta película como un favor a su antiguo compañero de habitación, Burgess Meredith, aunque también debió influir el hecho de compartir reparto con su gran amigo Henry Fonda.
Fonda y Stewart interpretaban aquí a dos singulares músicos de jazz. Aunque el resultado final de la película no fue el esperado, ya se adivinaba en ella la buena química que había entre los dos actores.
“Yo lo pasaba fatal aprendiéndome mi texto. Fatal, de verdad. Fonda, en cambio, podía leer una escena tal vez de cinco páginas y volver a leerla y ya se la sabía perfectamente. Conocía su oficio, sabía mucho sobre interpretación. No sólo cuando estaba en escena pronunciando largos discursos, sino que también sabía reaccionar cuando ocurrían cosas en una escena. Eso formaba pare del genio de este hombre”
(James Stewart)
En 1962 ambos formaron parte del extenso reparto de “La conquista del Oeste” si bien no compartieron en esta ocasión plano alguno por actuar en distintas historias de esta gran producción.
En 1968 se volvían a reunir en la gran pantalla en “Los malvados de Firecreek”. Aquí Hank daba vida a un veterano pistolero cuya banda amenaza un pequeño y aterrorizado pueblo donde el sheriff, Stewart, a pesar de ser poco más que un granjero, desafía valientemente a los despiadados intrusos.
Cuando le preguntaban a Fonda por esta película, movía la cabeza refiriéndose sarcásticamente a la “brillante idea” de convertirle a él en un villano enfrentado a su viejo amigo.
“Cualquier hombre que trate de matar a Jimmy Stewart tiene que ser calificado como un hombre que está simplemente podrido. No se puede ser peor que eso”
Y en 1970, Hank y Jimmy coincidían, una vez más, en “El club social de Cheyenne”. James Lee Barrett, amigo personal de James Stewart que había escrito, además, varios de sus filmes, pensó en este proyecto como un buen vehículo para los dos actores y se lo mostró a Gene Kelly quien, con sólo leerlo, aceptó dirigirla con una única condición: que Henry Fonda acompañara en el reparto a Stewart.
Jimmy estaba entusiasmado desde un principio con esta idea, no tanto así Fonda, quien trató de conseguir que Jack Elam le sustituyera en su papel.
“Hank hizo todo lo que pudo para conseguirme el papel. Cuando fue obvio para Jimmy que Hank no quería hacerlo, también empezó a abogar por mí. Incluso organizaron una proyección de una de mis películas para Barrett y Gene Kelly, que estaba produciendo y dirigiendo. Pero Barrett y Kelly no querían oir hablar de Stewart y Elam de ningún modo. Querían a Stewart y Fonda”
Hank finalmente accedió a acompañar a Jimmy en este título, consiguiendo ambos actores una interpretación asombrosamente natural y dándole a la película un genuino y entrañable carisma.
Durante la producción de esta película, Stewart recibió la tremenda noticia de que su hijo Ronald había muerto en Vietnam. Según los presentes en el set de rodaje, Stewart no habría podido terminar la película sin la presencia de su amigo Fonda.
“Yo sabía que estaba sufriendo. Y cuando eso sucedía, filmaba sin él o cancelaba el trabajo del día y nos íbamos todos a pescar”
(Gene Kelly)
Hank tenía otro método. Sentarse cerca de su amigo y ponerse a contar viejas historias sobre sus tiempos juntos en el Upper West Side de Nueva York o en Brentwood. Stewart en ocasiones respondía a Fonda con recuerdos propios, otras simplemente le escuchaba en silencio.
“Él y yo habíamos evitado hablar de la guerra incluso antes de la tragedia. Ahora, hacía todo lo que podía por apartar su mente de ello”
Fue también entonces cuando Fonda le regaló a Stewart un retrato pintado por él de “Pie”, el caballo favorito de Jimmy que le había acompañado en sus películas hasta ese momento.
“Simplemente se descompuso cuando vio la pintura. Luego le puso una luz encima como si fuera un altar”
(Henry Fonda)
Fonda, Stewart y Alfred Hitchcock
A lo largo de sus respectivas carreras, Hank y Jimmy fueron considerados en distintas ocasiones para interpretar un mismo papel.
En 1948, Joshua Logan, amigo común de Fonda y Stewart, contactó con este último con la idea de hacer una gira por distintas ciudades con “Mr. Roberts”, el posterior gran éxito teatral de Henry Fonda en Broadway. Stewart tuvo que declinar tal ofrecimiento por la imposibilidad de cancelar una serie de proyectos cinematográficos.
Ese mismo año, el productor David O’Selznick pidió una reescritura de la historia de Graham Greene “El tercer hombre”, cambiando la nacionalidad del protagonista de inglés a estadounidense para acomodar en el papel a Stewart o a Fonda. Finalmente el papel fue para Joseph Cotten.
El dramaturgo Edward Albee había escrito “¿Quién teme a Virginia Woolf?” como una obra para Henry Fonda en el papel del marido. Hank se enteró de esto tarde porque su agente lo había rechazado sin comentárselo a él a favor de la película “Fiebre en la sangre”. Aún así, Fonda mantenía el interés por hacer la versión cinematográfica de “¿Quién teme a Virginia Woolf?”.
Por su parte, James Stewart y su esposa Gloria vieron el montaje de la obra en Nueva York y ella le animó a intentar llevarla a la pantalla. Sin embargo, Jimmy sabía que Fonda la había querido interpretar desde un principio, con lo que la siguiente vez que Gloria le habló de ello, Stewart dijo: “Eso es para Hank”. Finalmente, el papel cinematográfico fue para Richard Burton.
Y a principios de los años 80, Henry y James volvieron a coincidir en su interés por interpretar un mismo personaje. De nuevo fue Joshua Logan quien le dio a conocer a Stewart al protagonista de “En el estanque dorado” como su posible gran papel en la gran pantalla. Henry ya se había planteado la posibilidad de interpretar a Norman Thayer Jr. tras ver en Washington la correspondiente obra teatral.
Jane Fonda, ya entonces productora y curiosamente ahijada de Joshua Logan, sabiendo el interés de su padre por dar vida a este entrañable personaje, se adelantó comprando los derechos de esta obra. Al enterarse de esto, Stewart le dijo a Logan: “Esto te enseñará lo que puede ocurrir cuando no sólo tienes una ahijada brillante, sino una ahijada brillante que también es productora”.
Incluso hubo una ceremonia de los Oscar donde los dos amigos fueron nominados en la misma categoría. El 27 de Febrero de 1941, en el Biltmore Hotel de Los Ángeles, Henry Fonda era uno de los cinco candidatos a mejor actor por su excepcional interpretación de Tom Joad en “Las uvas de la ira”. James Stewart, por su parte, optaba a este mismo premio por su impecable papel en “Historias de Filadelfia”.
El Oscar fue a parar a manos de Stewart que, no obstante, siempre sostuvo públicamente que esa estatuilla llevaba ese año el nombre legítimo de Henry Fonda.
“Nuestros diferentes punto de vista nunca interfirieron en nuestros sentimientos hacia el otro, sencillamente no hablábamos de determinados temas”
(James Stewart)
Fonda y Stewart mantuvieron una firme amistad, que se expandió durante medio siglo, más allá de sus diferencias individuales. La mayor pasión de Henry Fonda por el teatro le hizo no estar tan íntimamente ligado al cine como lo estuvo James Stewart. De hecho, Jimmy pensaba que Hank no prestaba la suficiente atención a hacerse un nombre tan grande como su talento, que parecía más interesado en hacer pequeñas obras que no le daban la relevancia que merecía.
Por su parte, Fonda pensaba que el status de Stewart en Hollywood, especialmente con sus éxitos en los años cincuenta, le había hecho menos exigente en lo relativo a material, directores e incluso interpretaciones.
“Siempre pensé que se tomaban su profesión de modos completamente diferentes. Fonda vivía para ser un actor. Nunca pensaba en otra cosa. Veinticuatro horas al día con Hank era actuación, lo que acababa de hacer, lo que esperaba hacer. Jimmy nunca daba esa sensación hasta que realmente empezaba a actuar. Entonces el monstruo de actor que es salía a la superficie”
(Harry Morgan, excelente actor que trabajó en múltiples ocasiones con Stewart y que debía su gran oportunidad en Hollywood a la insistencia de Fonda de que co protagonizara con él “Incidente en Ox Bow”)
En 1981, Henry Fonda se encontraba ya muy débil del corazón. Sin embargo, su mente seguía estando clara. Confinado en su casa, disfrutaba de la compañía de sus amigos visitantes e incluso hablaba de futuros proyectos.
Su amigo de toda la vida, Jimmy Stewart, le visitaba tres veces a la semana. Los dos hombres se intercambiaban impresiones sobre los viejos tiempos. Luego caían en silencios que ambos encontraban muy agradables y se pasaban el rato sentados, monumentos de la historia del cine americano, felices de estar juntos.
Como refirió Fonda a otro de sus asiduos visitantes, parecía como si hubiese sido ayer cuando él y Stewart eran unos actores desconocidos que se morían de hambre en Nueva York haciendo aviones en miniatura.
El 12 de Agosto de 1982 el corazón de Henry Fonda dejaba de latir. A un tiempo, se convertía en una de las más grandes leyendas de la historia del cine.
Ese triste día, James Stewart sólo acertó a decir públicamente que había perdido a su mejor amigo. Pero unos meses después, durante el rodaje de “Decisión final” (Right of way), cada vez que Jimmy lograba completar una toma especialmente agotadora se le podía oir murmurar: “Esto va por ti, Hank”.
"Henry Fonda vivirá siempre en sus películas y los hijos de nuestros hijos conocerán la magnitud artística de un actor y de uno de mis mejores amigos"
(James Stewart)
6 comentarios:
No habrá comentarios porque nadie se ha enterado, porque la entrada está genial.
Sabía que eran amigos, pero no que lo hubieran sido tanto ni por tanto tiempo. Alucino con tu labor de investigadora y con la cantidad de detalles que nos cuentas.
Yo quiero que sean mis amigos, ¿cómo hacemos?
Muy bonito, muy interesante y muy rebien.
Muchas gracias, Alicia. Le he puesto un cariño especial a esta entrada porque esta amistad en concreto me ha gustado siempre mucho. Hank para mí es lo más, y Jimmy siempre me ha parecido muy entrañable. Y encima son muy amigos, pues hay que contarlo, claro. Porque además, ya ves, sale una historia muy bonita y muy interesante.
qué bien, me gusta mucho Jimmy. Saluditos!
Claro, Renata, y cómo no te va a gustar Jimmy, si es uno de los actores de esa maravillosa época dorada del cine. Saluditos para ti también.
Ah, qué grandes los dos, qué buenos los dos, qué míticos los dos. Y encima amigos. Como hemos visto estas semanas, Dios los cría y el Papa los junta (aunque no fue así con estos dos genios).
La última película que he visto e James Stewart es El bzar de las sorpresas (qué alto era Jim y queé grande Ernst). Y a última de Henry, la película que precismente da título a este blog, y mira tú por dónde me entero de que la podía haber hecho Jim... Gracias por toda la información.
De nada, Jose Aroundthecorner, ya ves tú qué sacrificio para mi hablar de estos dos amigos, muy grandes y más majos...
Yo hace tiempo que no me asomo a ese bazar, aunque la he visto varias veces, y todos los días haría escala en Hawai con toda esa banda... Salud.
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