jueves, 27 de mayo de 2010

AND THE WINNER IS... HENRY FONDA

Cuando recibió el Oscar al mejor actor, dijo algo típico de él:
¿A que tengo suerte?
(Jane Fonda)

El 29 de Marzo de 1982, Henry Fonda recibía su primer y único Oscar al mejor actor por su impresionante interpretación de Norman Thayer, Jr. en una maravillosa película: “En el estanque dorado”.

Papá, todos tus nietos y yo vamos a llevártelo enseguida

A sus 76 años de edad, Hank presenciaba la ceremonia desde su propia casa, ya que se encontraba demasiado débil como para acudir a ella personalmente.


Se reconocía así, finalmente, la enorme profesionalidad de uno de los mejores actores de toda la historia del cine.

Reconocimiento que no sólo tuvo eco en los Premios de la Academia. Henry también recibía por esta magnífica interpretación un Globo de Oro y un Marquee Award (American Movie), y era premiado en el europeo Karlovy Film Festival y en el National Board of Review (Asociación Nacional de Críticos de Cine de Estados Unidos).


La relación de Henry Fonda con la codiciada estatuilla comenzó en 1940, cuando fue nominado al mejor actor por su extraordinaria interpretación de Tom Joad en “Las uvas de la ira”.

Pero ese año el Oscar fue para su amigo James Stewart (“Historias de Filadelfia”). Stewart, curiosamente, había votado a Hank como mejor actor.


En 1958, Henry volvía a optar al Premio de la Academia por “Doce hombres sin piedad”, esta vez como coproductor de esta interesante película. Labor que se quedó tan sólo en la nominación, a la que se le unió otra como actor en los Globos de Oro.

Sí era, en cambio, galardonado con un británico Premio Bafta y con el Diploma de Mérito en los finlandeses Jussi Award por encarnar al miembro del jurado más íntegro de la gran pantalla. 


Su buen hacer interpretativo fue también reconocido en los Laurel Awards, galardones creados por el Motion Picture Exhibitor magazine. Fue en dos ocasiones nominado al mejor actor dramático por “Fiebre en la sangre” y “Punto límite”.


Y en 1968, en estos mismos premios, compartió honrosamente la nominación al mejor actor de comedia, por “Tuyos, míos, nuestros”, con actores como Jack Lemmon (“La extraña pareja”), Robert Redford (“Descalzos por el parque”), Dustin Hoffman (“El graduado”) y el que finalmente fue el ganador, Walter Matthau (“La extraña pareja”). 


Los televisivos Premios Emmy también repararon en Hank, nominándole en tres ocasiones por “El potro alazán”, “Clarence Darrow” y “La trompeta de Gedeón”.


A Henry Fonda le fue asimismo reconocida su larga y fructífera carrera cinematográfica con prestigiosos galardones. Premio Especial David de Donatello de la Academia de Cine Italiano (1973), Premio Honorífico en los AFI (American Film Institute) (1978), Cecil B. De Mille Award en los Globos de Oro (1980) y Golden Apple a la estrella masculina del año (1981).


Premios todos ellos que serían redondeados con el Oscar Honorífico que recibió en 1981, de manos de un encantado y orgulloso Robert Redford, en “reconocimiento a su enorme contribución al arte cinematográfico”.

Momento mágico de la ceremonia de los Oscar donde Redford resaltó la, ante todo, impecable profesionalidad de Hank. Y donde Henry, tras salir acompañado, por supuesto, por la banda sonora de “Las uvas de la ira”, y recibido con una emocionante ovación del público de la sala, agradeció la enorme suerte que tuvo en su vida profesional.

Enorme suerte la nuestra de compartir su trabajo con él, añado yo.


El Oscar Honorífico le era entregado a Henry Fonda justo un año antes de recibir su único Oscar como mejor actor por “En el estanque dorado”.

Sin duda alguna, el galardón más querido por él en su larga trayectoria. Porque se le daba, precisamente, como mejor actor.

“Nunca había ganado el Oscar al mejor actor. Fue muy emocionante para él. Sé lo orgulloso que se sintió”
(JANE FONDA)