domingo, 29 de noviembre de 2015

HENRY FONDA POR HENRY FONDA

“Cuando interpreto me pongo una máscara y, cuando hago esto, ya no me siento tímido o cohibido en absoluto, porque sé que cuando estoy en el escenario voy a ser divertido, brillante o ingenioso…
Voy a ser otra persona que no soy yo en absoluto.”

“Sería como interpretar a Dios, a Jesús
o a cualquier otro personaje de ese calibre.”

“Los padres son hombres con una altura de dos metros y medio y que caminan a paso de gigante. Sé que mi padre era el mejor que nunca ha habido
echando a volar cometas.”

“Mi objetivo es que el público nunca debe ver girar las ruedas, no debe ver el trabajo que hay detrás de esto. Debe parecer sin esfuerzo y real.”

“No me piden que haga Shakespeare o clásicos de la Restauración, porque aún soy de Omaha, Nebraska. Nunca he tratado de apartarme de eso. Cuando lo he intentado, me he sentido falso y si me siento falso no es bueno. Soy del Medio Oeste y estoy orgulloso de ello… No creo que necesite disculparme por estar limitado.”

“Fui condenadamente afortunado por convertirme en actor… Actuar para mí es ponerme una máscara. La peor tortura que puede sucederme es no tener una máscara tras la que ocultarme.”

“Es divertido para mí como actor hacer diversos papeles y no quedarme anclado en ninguno. Es probable que quedes encasillado si tú lo permites, porque si eres bueno en una cosa, te pedirán que lo hagas una y otra vez.
Así que me he resistido a eso.”

“Nunca ha sido un secreto que prefiero trabajar en el teatro. Es un medio mucho más gratificante y satisfactorio. Para mí las razones son obvias: en el teatro te preparas a fondo con ensayos y pruebas fuera de la ciudad. Después, cuando estrenas en Broadway, empiezas por el principio e interpretas la obra hasta el final, consecutivamente, construyendo emoción sobre emoción.”

“Me parezco a mi padre. Hasta este día, cuando paso ante un espejo y veo mi reflejo en él, mi primera impresión es: ‘Ése es mi padre’.
Hay una fuerte mirada Fonda.”

“No lo habíamos hecho en voz alta, pero Ford gritó: ¡Acción!’, las cámaras empezaron a filmar y lo hicimos en una sola toma. Cuando acabamos la secuencia, ‘Pappy’ no dijo nada. Se levantó y se fue. Tenía lo que quería.
Los demás, también.”

“No he visto el setenta y cinco por ciento de las películas que he hecho, y no lo hago porque no tengo ninguna curiosidad por ver en qué acabaron convirtiéndose, como La batalla de las Árdenas. Luché contra el modo en que se estaba haciendo tanto como pude durante la producción.”

“Cualquier hombre que trate de matar a Jimmy Stewart tiene que ser calificado como un hombre que está simplemente podrido.
No se puede ser peor que eso.”

“No he dicho mucho sobre Jane antes, y me molesta que la gente espere que yo la critique. El suyo no es mi estilo de vida ni mi modo exacto de pensar. Pero la quiero y respeto su derecho a decir lo que dice.”

“Todo lo que sabía sobre Darrow era que defendió a Leopold y Loeb. Así que investigué como no recuerdo haberlo hecho para otro papel.”

Kate entró, sonrió, me miró directamente y exclamó:
‘Ya era hora’”.

“Realmente creo que fui un chico con suerte por crecer en Omaha.”

“No estaba interesado. No podía creer que nadie quisiera leerla. No creo que mi vida sea lo bastante interesante para hacer una biografía. Pero me dijeron que alguien la escribiría de todas formas, así que sería mejor que cooperase.”

“Si hay algo en mis ojos, una especie de honestidad en mi cara, entonces supongo que se podría decir que ése es el hombre que me gustaría ser,
el hombre que quiero ser.”

“No puedo hablar sobre el Método porque yo nunca lo estudié. No sé lo que es el Método y no me importa lo que es. Todo el mundo tiene un método. No todo el mundo puede hablar sobre su método, y yo no puedo, si es que tengo un método. Y Jane en ocasiones dice que yo uso el Método, el de letra mayúscula, sin ser consciente de ello. Tal vez lo haga.” 

“Era la persona más adorable que nunca ha pisado un plató.
No había nada fingido en su vida real ni en la pantalla.”

“Ella quería ser como yo. A los cinco años montaba mis caballos y me ayudaba a arar el huerto. Era muy masculina. Creí que se le pasaría cuando fuera al colegio y empezara a interesarse por los chicos. Pero lo que ocurrió entonces fue que se dedicó aún más a los caballos. Una vez le dije:
‘Creo que terminarás casándote con un caballo.

“Cualquiera que da el mismo rendimiento que dio en la noche de apertura no está haciendo un buen trabajo. Si su interpretación no crece de manera constante, si no busca nuevas ideas en su personaje,
su interpretación se estanca.”

“Realmente no me gusto a mí mismo. Nunca lo he hecho. La gente me mezcla con los personajes que interpreto. Yo no soy un gran tipo como Doug Roberts (en “Escala en Hawai”). Me gustaría serlo, pero no lo soy.”


“Yo no soy Henry Fonda. Nadie podría ser tan íntegro.”
(HENRY FONDA)

martes, 21 de julio de 2015

JURADO Nº8

No es sorprendente que papá siempre dijera que era su película favorita. Porque era muy parecido a una experiencia teatral con dos semanas de ensayo
antes de que comenzara el rodaje
(Jane Fonda)

Thank you, Mr. Fonda cumple hoy su sexto aniversario. Y, para celebrarlo, Hank y yo hemos elegido a uno de sus personajes más íntegros, más honrados, más correctos, más humanos… Más auténticos.


Exactamente, Henry, el Jurado nº 8 de “Doce hombres sin piedad”.

En 1954 era emitido en la CBS, en el espacio televisivo “Studio One” y bajo la dirección de Franklin J. Schaffner, la obra “Twelve angry men”…


... que contaba con un guión maestro del norteamericano Reginald Rose. A Henry Fonda le entusiasmó esta obra, así que se propuso llevarla a la gran pantalla. 

Tras acudir a diversos estudios cinematográficos sin éxito, por no considerar la historia lo suficientemente comercial, Hank y Reginald decidían formar sociedad y reunir el dinero necesario para sacar adelante este proyecto… 


… pidiendo Henry personalmente como director del mismo a Sidney Lumet, quien le había dejado más que impresionado tras haber visto sus trabajos televisivos en “Studio One” (1948) y “The Alcoa Hour” (1955). Lumet, por supuesto, aceptó esta oferta de Henry Fonda. "Doce hombres sin piedad" fue su debut como director en la gran pantalla.

Siempre ensayaba , porque yo procedo del teatro y de la televisión, ante el público. Por eso, eso era una parte normal de mi forma de trabajo. Hank estaba muy emocionado. Nunca lo había hecho antes en películas. En nuestro trabajo el sistema era que él hablase muy poco. Escucharía mucho. De vez en cuando, haría una pregunta. Recuerdo que, a veces, cuando hablaba con él sobre un momento o una característica del personaje, siempre me decía que continuara, que continuara describiéndoselo,
y yo veía una chispa en sus ojos cuando lo comprendía
(Sidney Lumet)

Lo ensayamos como una obra de teatro. Podíamos habernos marchado al final de la primera semana y representarlo en un escenario ante un público
(Henry Fonda)

A Hank le preocupaba que quedara insuficiente, en la gran pantalla, el pobre escenario que mostraba la sala del jurado. Lumet pronto le tranquilizó asegurándole que el director de fotografía que se iba a hacer cargo de la imagen de la película, Boris Kaufman, tenía ya ideada una buena fórmula para que aquello funcionase.




Efectivamente, Lumet y Kaufman planificaron de tal manera cada movimiento de cámara que consiguieron sin ningún problema el requerido fluir interpretativo para darle vida propia a lo que era, esencialmente, un estático y claustrofóbico decorado. 

Más adelante, Henry Fonda alabaría también a Sidney Lumet por su “total comunicación con los actores. Los intérpretes que trabajan con Lumet sienten que han hecho su mejor interpretación”.


Sí, mencionamos ahora a los otros once actores que, junto a Henry, formaban tan sensacional jurado, sería un sacrilegio no citarlos: Robert Webber, Edward Binns, George Voskovec, Ed Begley, Jack Klugman, Joseph Sweeney, E.G. Marshall, nuestro Henry Fonda, Lee J. Cobb, Jack Warden, John Fielder y Martin Balsam. Y, sí, también mencionaremos a John Savoca, el joven actor que interpretó al acusado, principal motivo de esta historia. 


El Jurado nº 8 (un sublime Henry Fonda) sostiene firme un veredicto de no culpable mientras los otros once miembros del jurado están listos para condenar al joven acusado…

Él no cree necesariamente que el chico sea inocente, pero siente que al menos existe una duda razonable, y que el acusado merece la dignidad de una discusión.


La presencia de Hank, con su innata probidad (su traje blanco ya le identifica como el héroe), nos convence de que los demás están equivocados.




El personaje de Fonda es maduro, pensativo, una isla de calma en un mar de 'hombres sin piedad'. Henry se muestra persuasivo mientras calmadamente siembra dudas y hace demostraciones lógicas.


La integridad de Hank ilumina la pantalla
(José de Diego, “Henry Fonda, el héroe infeliz”)


Producida por Henry Fonda, Reginald Rose, y George Justin como productor asociado, para United Artists, “Doce hombres sin piedad” (12 angry men) era estrenada el 10 de abril de 1957 en Los Ángeles (California). Por su impresionante actuación, Henry tan sólo obtenía el británico Premio Bafta y la nominación como mejor actor en los Oscars y en los Globos de Oro. Fue también distinguido, eso sí, con el Diploma al Mérito en los premios finlandeses conocidos como Jussi Awards.

La película no funcionó bien en taquilla, no dio los frutos económicos esperados y Fonda no recibió nunca su salario aplazado. Lejos de preocuparle, el actor se enorgullecía de las constantes proyecciones del film en escuelas y grupos de estudio y del hecho de que, con el tiempo, la película consiguiese el reconocimiento que sigue conservando hoy en día, el de un gran… enorme clásico de la historia del cine.

A Hank no le gustaba verse a sí mismo en la pantalla así que, al darse por terminada la película, no se quedó a su visionado completo en la sala de proyección. Pero, antes de salir de la misma, se acercó a Sidney Lumet y le dijo en voz baja: “Sidney, es magnífica”.


“Sólo trato de exponer una duda razonable”
(Jurado nº 8)

martes, 21 de abril de 2015

De rodaje con Henry Fonda


Henry, Katharine y Jane en el set de “En el estanque dorado”. Maravillosa fotografía, ¿verdad?


La carrera cinematográfica de Henry Fonda atesora un gran número de imágenes tomadas durante los rodajes de sus películas. ¿Acompañamos a Hank en tan preciado álbum de fotos? 



Junto a Sylvia Sidney protagonizaba Henry en 1936 “El camino del pino solitario”. Henry Hathaway era el director y Nigel Bruce, Fred MacMurray y Fred Stone sus compañeros de reparto. 



Frances, entonces mujer de Henry, le acompañaba en el set de “Wings of the morning” (1937). Durante ese mismo rodaje, Anabella, la actriz protagonista, celebraba su 30 cumpleaños con todo el equipo. 



El director Edmund Goulding junto a Henry y Bette Davis, los protagonistas de su “That certain woman” (1937). 



Jezabel” (1938) volvía a emparejar a Bette con Hank, esta vez bajo la batuta de un extraordinario William Wyler.



Tyrone Power y Henry Fonda daban vida en “Tierra de audaces” (1939) a los hermanos James, Jesse y Frank, respectivamente. 



Ese mismo glorioso año de 1939 John Ford dirigía a Henry en “El joven Lincoln”, uno de los personajes más queridos del actor.



Y un año después, de nuevo Ford dirigía a un sensacional Hank y a una extraordinaria Jane Darwell en “Las uvas de la ira”…



Henry caracterizado como Tom Joad en dos descansos del rodaje de este mítico clásico…


… y recibiendo la visita en el set de su “hermano” Ty. 






En 1941 Barbara Stanwyck y Henry Fonda eran dirigidos por un genial Preston Sturges en “Las tres noches de Eva”…


… y después volvían a coincidir en “Me perteneces”, esta vez bajo la batuta de Wesley Ruggles.


Olivia de Havilland compartía cartel con Henry en “The male animal” (1942)…


… y Lucille Ball, ese mismo año, en “Su última danza”.


Henry en un descanso de “Incidente en Ox-Bow” (1943)…


… en cuyo rodaje recibía la visita de su gran amigo Jimmy Stewart, por aquel entonces Oficial del Ejército.


En “Pasión de los fuertes” (1946), Fonda compartía cartel con Cathy Downs (su querida Clementine)…


… y con Linda Darnell y Victor Mature. 


Un año después era dirigido por Otto Preminger en “Entre el amor y el pecado”, título que compartía con Dana Andrews…


… y con Joan Crawford.



En 1948 Hank era de nuevo dirigido por John Ford en “Fort Apache”, mítico clásico del cine en cuyo reparto aparecían también Shirley Temple, John Agar, John Wayne, Victor McLaglen o Pedro Armendáriz.






Escala en Hawai” (1955), también dirigida por John Ford, brindó a Henry, entre toma y toma, la oportunidad de congeniar con sus compañeros de reparto, con otros miembros del equipo… y con el mar. 



Durante el rodaje de “Guerra y paz” (1956), Hank cambiaba impresiones con Audrey Hepburn y Mel Ferrer (sus compañeros de reparto), meditaba mientras Audrey leía…


... y pasaba buenos momentos con su hija adoptiva Amy. Y con May Britt, quien también aparecía en la película.




Ese mismo año rodaba su único título bajo las órdenes de Alfred Hitchcock. En “Falso culpable”, Hank compartía cartel con Vera Miles y Anthony Quayle… 




… y en los descansos charlaba con Richard Robbins (actor que encarnaba al verdadero culpable) y recibía la visita de su buen amigo Jimmy Stewart.


Bajo las órdenes de un extraordinario Sidney Lumet rodaba Henry en 1957 “Doce hombres sin piedad”, uno de sus títulos más emblemáticos y uno de los más interesantes de su cinematográfica carrera.






Ese mismo año era dirigido por Anthony Mann en “Cazador de forajidos”, compartiendo cartel, y descansos de rodaje, con Anthony Perkins, Betsy Palmer y el niño Michel Ray. 


En el set de “Sed de triunfo” (1958), título en el que Henry compartía protagonismo con Susan Strasberg, hija del mismísimo Lee Strasberg, sí, el artífice del famoso Actors Studio de Nueva York. 


Y junto a George Peppard en un descanso de rodaje de “La conquista del Oeste” (1962), concretamente en el episodio titulado en el original “The railroad”…


… donde, entre toma y toma, Hank congeniaba también con auténticos indios arapahoes.


Leyendo en un descanso de rodaje de “La pícara soltera” (1964)…


… y junto a Glenn Ford y el resto del equipo entre toma y toma de “Los desbravadores” (1965).


En 1966 Paul Newman hacía una visita a su mujer Joanne, y a Henry Fonda, en el set de rodaje de “El destino también juega”.



En 1968 Hank y James Stewart volvían a coincidir en la gran pantalla en “Los malvados de Firecreek”, historia en la que Stewart hacía de bueno y Fonda de malo. “Cualquier hombre que trate de matar a Jimmy Stewart tiene que ser calificado como un hombre que está simplemente podrido. No se puede ser peor que eso”, decía Fonda al respecto.


En ese mismo año compartía Henry cartel con Richard Widmark en “Brigada homicida”, bajo la sabia dirección de Don Siegel…





… para después protagonizar, junto a Lucille Ball, Van Johnson y una auténtica troupe de niños, la tremendamente familiar “Tuyos, míos, nuestros”.





Con su mujer Shirlee acompañándole en el set de rodaje, Henry finalizaba gloriosamente ese año de 1968 dando magistralmente vida al malvado Frank de “Hasta que llegó su hora”, obra maestra del cine dirigida por Sergio Leone que contaba, además, con unos también sensacionales Claudia Cardinale, Charles Bronson y Jason Robards.




En 1970, Hank y Jimmy se unían una vez más a toda pantalla para protagonizar “El club social de Cheyenne”, divertido título dirigido por Gene Kelly en el que Stewart y Fonda hacían una memorable pareja. 



Ese mismo año, Joseph Leo Mankiewicz dirigía a Henry y a Kirk Douglas en la magnífica “El día de los tramposos”.


Y en 1973 unía en “El serpiente” su maestría interpretativa a la de otras tres buenas piezas: Dirk Bogarde, Yul Brynner y Philippe Noiret.


Ese mismo año formaba una singular pareja protagonista con Terence Hill en “Mi nombre es ninguno”, historia ideada por el mismísimo Sergio Leone.


Y en 1976 formaba parte de un extraordinario plantel de actores, entre los que se encontraba Toshirô Mifune , en “La batalla de Midway”.


Peter Fonda dirigía en 1979 a su ya ilustre padre en “Wanda Nevada”, historia protagonizada por el propio Peter y por una jovencísima Brooke Shields.




Y en 1981 Henry nos regalaba su última interpretación para la gran pantalla, su extraordinario Norman Thayer, Jr. de “En el estanque dorado”, junto a dos maravillosas Jane Fonda y Katharine Hepburn. 

También entre película y película de su extensa filmografía hacía Henry visitas a los set de rodaje de otros títulos en los que no participaba…


Banjo on my knee” (1936). Visitando a Joel McCrea y Barbara Stanwyck.


La espléndida descarada” (1936). Barbara y él visitando a Joan Crawford y James Stewart.


Ariane” (1957). Visitando a Audrey Hepburn y a Gary Cooper. Y a Mel, que estaba también de visita allí. 


Un domingo en Nueva York” (1963). Peter y él visitando a Jane, la protagonista de esta película.


Una vez más… thank you, Mr. Fonda.