viernes, 29 de marzo de 2013

LA GRAN PASIÓN DE HENRY FONDA

“El teatro fue el verdadero amor de Henry. Le encantaba decir las palabras desde el principio hasta el final. Decía: ‘Descubro algo nuevo en cada actuación, estoy deseando salir, no puedo contenerme, estoy deseando interpretar a ese personaje’”
(Shirlee, mujer de Henry Fonda)

“You and I”, “Captain Applejack”, “Merton of the Movies”, “The poet’s well”, “Lincoln”, 
“Beyond the horizon”, “The jest”…


En 1928, Henry Fonda había ya aparecido en más de una decena de obras teatrales. Su pasión por los escenarios iba creciendo con los años a un tiempo que el número de sus obras, en las que tan pronto interpretaba al León Cobarde de “El mago de Oz” como a un soldado y a un ciudadano en “The game of love and death” o a un policia y a un príncipe en “A kiss for Cinderella”, ya en 1930.

A éstas siguieron otras como “Murray Hill”, “The masque of Venice”, “The straw hat”, “All good americans”, “New faces”… Y “The Swan”, más que convincente interpretación de Fonda que le llevaba a conseguir su primer papel protagonista en Broadway.


La obra se llamó “The farmer takes a wife” y en ella Henry compartía protagonismo con la actriz americana June Walker. Estrenada el 30 de octubre de 1934, basaba su historia en la novela de Walter D. Edmonds “Rome Haul”. Dirigida por Mark Connelly, también coautor del guión, la obra obtuvo un moderado éxito, permaneciendo en cartel durante trece semanas y 104 representaciones.

“Como Dan Harrow, Henry Fonda, que tiene aquí su primera gran oportunidad, brinda una modesta interpretación en un estilo de cautivadora simplicidad”
(Brooks Allison en el New York Times, 1934)

Las buenas críticas que recibió Henry Fonda por esta obra teatral le llevarían un año más tarde a protagonizar también su versión cinematográfica. “Contrastes” fue además el debut de Hank en la gran pantalla.


Tras aparecer en otros nueve títulos cinematográficos, Henry volvía en 1937 al teatro durante seis semanas con la obra “The virginian” y, más adelante, durante 36 representaciones con la obra “Blow Ye Winds”.

“Mr. Fonda, de vuelta tras una temporada en el cine, sigue siendo el agradable joven y ha ganado en presencia escénica”
(New York Times, 1937)


Y en 1948, tras éxitos cinematográficos como “Pasión de los fuertes”, “Noche eterna” o “Fort Apache”, Fonda se embarcaba en el que se iba a convertir no sólo en su mayor éxito teatral sino también en su personaje favorito. ¿Verdad, Hank?

“Actúa con innata simplicidad, mezclando matices de caridad y angustia que no sólo hacen del personaje una persona de verdad sino que, lo más importante, verifica la apasionada devoción masculina de la tripulación”
(William Harkins, New York World Telegram, 1948)

Dirigida por Joshua Logan, “Mr. Roberts” se mantuvo en Broadway durante tres brillantes años llegando a las mil representaciones. Henry no se perdió ni una sola.

Inmediatamente después, Hank se metía de lleno en “Point of no return”, obra de Broadway dirigida por H. C. Potter que basaba su historia en una novela de John P. Marquand.

“Henry Fonda interpreta a Gray con la sincera honestidad que el papel exige.
Evitando trucos, logra un admirable impacto emocional”
(Robert Coleman, Daily Mirror, 1951)


Adaptada por Paul Osborn y estrenada el 13 de diciembre de 1951, “Point of no return” obtenía muy buenas críticas especialmente dirigidas a la interpretación de Fonda. Tras cumplir 356 representaciones, la obra emprendía una gira nacional que finalizaba a mediados de 1952.

Y aún habría de participar Fonda en una tercera obra teatral antes de reanudar su carrera cinematográfica en Hollywood.

“Éste es seguramente el papel más ambicioso que Fonda ha afrontado en su reciente renacimiento teatral”
(John McClain, New York Journal American, 1954)


Se trataba de “The Caine mutiny court-martial”, adaptación que Herman Wouk hacía de su propia novela, “The Caine mutiny” bajo la dirección de Charles Laughton. Estrenada el 20 de enero de 1954, fue un nuevo éxito en la carrera teatral de Henry.

“Fonda puede expresar más ideas con menos sonido y movimiento que cualquier otro actor de nuestra escena… Sugiere la terrible tensión interior, el disgusto, el desdén y la obligación de un hombre brillante, obediente. Su estallido final le dejará sin palabras”
(William Harking, New York World Telegram, 1954)

En 1955, tras rodar para la gran pantalla “Escala en Hawai”, Henry Fonda volvía a su Omaha natal para llevar a cabo cinco representaciones benéficas de la obra de Clifford Odets “The country girl” donde, dirigido por Kendrick A. Wilson, Hank compartía cartel con su hija Jane en el debut teatral de ésta.


“Aunque era más conocido por sus películas, siempre que le dieron una oportunidad, volvía a los escenarios. Incluso actuó conmigo en mi primer papel en “The country girl” en la Community Playhouse de Omaha”
(Jane Fonda)

Un año más tarde, padre e hija volverían a coincidir en los escenarios en “The male animal”.

Tras dejarnos en la gran pantalla “Guerra y paz”, “Falso culpable” y “Doce hombres sin piedad”, tres grandes títulos cinematográficos y tres grandes interpretaciones, Henry volvía a los escenarios en 1958 dirigido por Arthur Penn y compartiendo cartel con Anne Bancroft con “Two for the seesaw”, una obra escrita por el dramaturgo William Gibson.


“Es un camafeo muy bien labrado. Gracias a la concienzuda labor del señor Gibson y la suave y brillante actuación del señor Fonda y de la señorita Bancroft, posee estilo, belleza y un punto de vista delicioso”
(Brooks Atkinson, New York Times, 1958)

Y un año más tarde, en 1959, protagonizaba junto a Barbara Bel Geddes “Silent night, lonely night”, obra escrita por Robert Anderson bajo la dirección de Peter Glenville.


“Éste es un papel enormemente exigente para Mr. Fonda, y él lo interpreta con toda la sutileza y facilidad por la cual es reconocido”
(John McClain, New York Journal, 1959)

El 14 de diciembre de 1961 se estrenaba “Critic’s choice”, obra dirigida por Otto Preminger que contaba con un guión de Ira Levin y con un montaje indirectamente basado en el crítico Walter Kerr…


... quien elogió a Hank diciendo que se parecía y actuaba como un crítico y que “tiene tanta integridad que debería ser Secretario de Estado”.

“Fonda actúa tan hábilmente, de esa manera suya aparentemente sin esfuerzo, que a menudo crea la ilusión de que está apareciendo en una comedia de cierta sustancia”
(Richard Watts, New York Post, 1960)


En 1962, Hank protagonizaba junto a Olivia de Havilland “A gift of time”, obra escrita y dirigida por Garson Kanin que basaba su historia en la novela de Lael Tucker Wertenbaker “Death of a man”.

“Henry Fonda ofrece una conmovedora interpretación como el escritor condenado.
Es un iluminador estudio sobre un estoico moderno”
(Robert Coleman, New York Mirror, 1962)


Su siguiente obra teatral, estrenada en Broadway el 6 de octubre de 1965, se llamó “Generation”. Dirigida por Gene Saks sobre un guión de William Goodhart, se trataba de una comedia ligera que se mantuvo en cartel durante trescientas funciones.

“Éste es otro agotador papel para Mr. Fonda, que está casi siempre en escena, y una vez más despliega su ácido talento para la comedia”
(John McClain, New York Journal, 1965)

Y en septiembre de 1968, Henry Fonda daba vida al director de escena de “Our town”, obra escrita por Thornton Wilder y dirigida por Edward Hastings sobre la que la crítica fue unánime con respecto a lo adecuado que era el actor para ese personaje.


“Henry Fonda parece haber nacido para interpretar este papel… Mr. Fonda es uno de nuestros pocos grandes – no confundir con buenos – actores. Como todos los grandes actores, tiene un estilo propio; aún más, una imagen propia”
(Clive Barnes, New York Times,  1968)

Tras leer e interpretar en 1970 pasajes de figuras tan dispares como William Shakespeare, John Steinbeck, Ben Franklin, Arthur Miller o Bob Dylan en un one man show titulado “Fathers against sons against fathers”, actuar en la premiere mundial de “The trial of A. Lincoln” en 1971 y, en  diciembre de  este mismo año, dirigir una nueva versión de “The Caine mutiny court-martial” que ofreció 42 representaciones en el Ahmanson Theatre de Los Ángeles…


... Henry protagonizaba, ya en 1972, una muy elogiada versión de “The time of your life”, obra escrita por William Saroyan.

Y el 26 de marzo de 1974 tenía lugar el estreno de “Clarence Darrow”, importante título teatral dirigido por John Houseman sobre un guión de David W. Rintels basado en el libro “Clarence Darrow for the defense” de Irving Stone.

“Mr. Fonda pierde tan completamente su propia identidad sobre el escenario, se sumerge tan profundamente en el personaje de Darrow… que resulta casi imposible recordar que estamos viendo una interpretación teatral, más aún teniendo en cuenta que la teatralidad de la interpretación es obviamente apropiada y atañe al personaje”
(Clive Barnes, New York Times, 1974)

David W. Rintels había escrito una obra para un solo actor sobre la carrera del famoso abogado siendo Karl Malden el elegido para protagonizarla. Malden tuvo que renunciar a ella por compromisos televisivos y así le fue entregada a Hank una copia del guión.



“Todo lo que sabía sobre Darrow era que defendió a Leopold y Loeb.
Así que investigué como no recuerdo haberlo hecho para otro papel”

Aceptó antes de terminar de leerlo.

“Si alguien tuvo alguna vez dudas de que Henry Fonda era uno de los más brillantes actores vivos, debieron quedar resueltas anoche en el Helen Hayes Theatre… ¡Qué maestro de su profesión es el modesto Henry Fonda!”
(Richard Watts, New York Post, 1974)


Representación tras representación, Fonda recitaba sin problema las dos horas de diálogo que duraba la obra. Personalmente, además, se sentía muy ligado a su personaje ya que ambos tenían sólidas creencias liberales sobre el racismo y la pobreza, ambos tenían una educación escolar limitada y ambos eran del Medio Oeste.

“No me piden que haga Shakespeare o clásicos de la Restauración, porque aún soy de Omaha, Nebraska. Nunca he tratado de apartarme de eso. Cuando lo he intentado, me he sentido falso y si me siento falso no es bueno. Soy del Medio Oeste y estoy orgulloso de ello”

Clarence Darrow” fue estrenada en Broadway el 24 de Marzo de 1974 con críticas más que entusiastas y largas colas en taquilla.

“Si Darrow no era así, debería haberlo sido”
(New York Times)

En los últimos años de su vida, Henry se dedicó principalmente a atender su jardín y a su otra gran pasión, la pintura. Aceptaba algún que otro film pero seguía estando más atento a las obras de teatro.  


En diciembre de 1977 le ofrecían  “First Monday in october”, obra escrita por Robert E. Lee y Jerome Lawrence y dirigida por Edwin Sherin que fue estrenada en Washington y se prolongó durante seis semanas con gran éxito de crítica y público.

“Henry Fonda es uno de los muy escasos actores que podrían lanzarse a esta piscina de dos pulgadas de profundidad y emerger con una medalla de oro olímpica”
(T. E. Kalem, Time, 1978)

En el verano de 1978 la obra se volvía a representar otras tantas semanas en Los Ángeles.

“Mr. Fonda está tan seguro de lo que está haciendo – como actor, sobre el escenario – que insiste en que le prestemos atención en todo momento. Lo hacemos, por buenos motivos”
(Walter Kerr, New York Times, 1978)


Sus dos últimas representaciones teatrales fueron para las obras “The oldest living graduate” (1980) y “Showdown at the Adobe Motel” (1982). La crítica en ambas fue, una vez más, unánimamente favorable al actor.


Muy tristemente, el 12 de agosto de 1982, se nos iba Henry Fonda de nuestro lado a los 77 años de edad. Nos dejaba, sin embargo, su extraordinaria carrera teatral plena de profesionalidad, talento, presencia, clase y buen hacer.



Y también nos queda,  en su recuerdo, el Henry Fonda Theatre en el 6126 Hollywood Blvd (Los Ángeles, California).

“Nunca ha sido un secreto que prefiero trabajar en el teatro. Es un medio mucho más gratificante y satisfactorio. Para mí las razones son obvias: en el teatro te preparas a fondo con ensayos y pruebas fuera de la ciudad. Despues, cuando estrenas en Broadway, empiezas por el principio e interpretas la obra hasta el final, consecutivamente,
construyendo emoción sobre emoción”
(HENRY FONDA)